Según un estudio
presentado en la 51 Conferencia
Interciencias sobre Agentes Antimicrobianos y Quimioterapia [ICAAC, en sus siglas
en inglés] celebrada en Chicago (EE UU), la prevalencia de VIH
resistente a inhibidores de la proteasa disminuyó de forma destacada entre los años 2003 y 2010.
Investigadores de
Monogram Biosciences analizaron el perfil de casi 70.000 muestras sanguíneas
almacenadas con resistencia, al menos, a un antirretroviral. Durante los siete
años de estudio, el porcentaje de muestras con resistencia a un inhibidor de la
proteasa se redujo a la mitad.
Un marcado descenso fue
también observado en la proporción de muestras con resistencia a las tres
principales familias de antirretrovirales.
El VIH puede desarrollar
resistencia a los fármacos usados en la terapia antirretroviral.
Las primeras generaciones
de fármacos anti-VIH tenían una barrera genética baja con relación a las
resistencias, demandando unos niveles de adhesión extremadamente elevados a los
pacientes. Este era el caso, sobre todo, de los inhibidores de la proteasa no
potenciados, algunos de los cuales debían ser tomados dos o tres veces al día
con complicadas restricciones de comida y bebida.
Sin embargo, desde el año
2000 han tenido lugar mejoras significativas en el tratamiento de la infección
por VIH, entre las cuales destaca la adopción casi universal de la potenciación
de los inhibidores de la proteasa con ritonavir. Estos fármacos presentan un
potente efecto anti-VIH. Incluso en el caso de que fracasen en el objetivo de
alcanzar una supresión virológica, este hecho raramente implica la aparición de
virus resistentes.
Fármacos más eficaces de
la familia de los inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de
nucleósido (ITIN) y de la de los inhibidores de la transcriptasa inversa no
análogos de nucleósido (ITINN) han sido desarrollados, del mismo modo que
familias de antirretrovirales completamente nuevas, como los inhibidores de la
entrada o los inhibidores de la integrasa. Ello ha facilitado que el objetivo
actual de la terapia antirretroviral sea alcanzar una carga viral indetectable,
con independencia del historial terapéutico del paciente o de su perfil de
resistencias.
Las pruebas de resistencia
son un componente esencial en el tratamiento de la infección por VIH y son
utilizadas para guiar la selección de los antirretrovirales de entre los que
están disponibles. Investigadores de Monogram Biosciences pretendían comprobar
si la prevalencia de virus resistentes a cualquier inhibidor de la proteasa,
ITIN o ITINN había cambiado durante los últimos años. Asimismo, intentaron
establecer tendencias relativas a la prevalencia de la resistencia a una, dos o
tres familias de antirretrovirales.
Un total de 68.587
muestras, enviadas a los laboratorios entre los años 2003 y 2010 para la
realización de pruebas de resistencia, fueron analizadas.
En el 2003, el 52% de las
muestras presentaba resistencia detectable a un inhibidor de la proteasa. No
obstante, el porcentaje cayó hasta un 26% en el año 2010 (p <0,05).
“Una fuerte tendencia a la disminución de la
prevalencia de la resistencia a los inhibidores de la proteasa fue observada en
la base de datos entre 2003 y 2010”, afirmaron los investigadores.
La prevalencia de la
resistencia a los ITIN también descendió de un 77% a un 70% (p <0,05); por
otra parte, se advirtió una caída en la proporción de muestras con evidencias
de resistencia a ITINN (de un 70% a un 61%; p <0,05).
Además, de igual forma se
apreció un descenso significativo en la proporción de muestras con resistencias
a tres familias de fármacos. La prevalencia disminuyó desde un 29% en el año
2003 hasta un 11% en el 2010 (p <0,05). La prevalencia de la resistencia a
dos familias de fármacos también descendió de un 40% a un 35%. Estas
disminuciones tuvieron lugar junto a un incremento en la proporción de muestras
con resistencia a una familia de fármacos (del 31% al 54%; p <0,05).
El perfil de resistencias
de muestras con resistencia a dos familias de fármacos fue examinado más en
detalle.
En el año 2003, se
detectó resistencia a ITIN e ITINN en el 54% de las muestras, el 37% presentaba
resistencia a inhibidores de la proteasa y a ITIN, y el 9%, a ITINN y a
inhibidores de la proteasa.
En el año 2010, sin
embargo, el perfil de las muestras resistentes a dos familias de fármacos había
cambiado significativamente. Resistencias a ITIN e ITINN eran evidentes en el
70% de las muestras, resistencias a inhibidores de la proteasa y a ITIN en el
24%, y la resistencia a inhibidores de la proteasa y a ITINN se observó en el
7% de los casos.
Los investigadores creen
que sus resultados “pueden tener implicaciones importantes en lo que se refiere
a la selección [de antirretrovirales], el diseño de ensayos clínicos y el
desarrollo de fármacos”.