Image: ©IAS/Marcus Rose/Workers' Photos
Dos mil activistas iniciaron una marcha de protesta que llegó hasta la sala de conferencias y, a continuación, ocuparon el escenario, portando una enorme pancarta que lucía el lema: "No te eches atrás, financia el sida".
Julio Montaner, presidente de la Sociedad Internacional del Sida, declaró que no podía ocultar su "decepción y profunda frustración a raíz de los recientes encuentros mantenidos por el G8 y el G20".
Señaló que, a pesar de que los gobiernos donantes estaban teniendo problemas para encontrar los fondos necesarios a fin de cumplir sus compromisos de financiación para el sida, no tuvieron dificultades para proporcionar apoyo económico a sus "amigos empresarios" y a los banqueros.
Las aportaciones de los donantes para la respuesta mundial al sida se redujeron ligeramente en 2009.
"La reducción de las inversiones en programas contra el sida está socavando la respuesta a esta pandemia", afirmó Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA.
Éste hizo un llamamiento a instaurar una "tasa Robin Hood", un impuesto que gravaría las transacciones financieras mundiales y que se destinaría a financiar las iniciativas globales en temas de salud.
Un orador calificó de "cheques sin fondos" las promesas incumplidas de financiar el tratamiento y la atención del VIH.