La combinación del inhibidor de la proteasa atazanavir (Reyataz)
con el inhibidor de la integrasa raltegravir (Isentress), o con el inhibidor del CCR5
maraviroc (Celsentri o Selzentry), ofrece una buena eficacia
anti-VIH.
Sin embargo, existe cierta preocupación en torno a la posible
aparición de efectos secundarios y el desarrollo de
resistencias virales.
El
estudio SPARTAN contó con la participación de 94 pacientes sin experiencia
en tratamientos, que fueron distribuidos de forma aleatoria para recibir
atazanavir potenciado con ritonavir, más Truvada (FTC y
tenofovir) o atazanavir no potenciado y raltegravir.
Tras 24 semanas, el 75% de los pacientes que tomaban
atazanavir/raltegravir presentaban una carga viral indetectable, frente al 63% de
los participantes en el otro brazo.
En algunos pacientes, el seguimiento se prolongó durante
48 semanas, momento en que el 82% de los participantes tratados con
atazanavir/raltegravir y el 76% de los pacientes que tomaban el otro régimen tenían
cargas virales indetectables.
Se observó la aparición de resistencia a raltegravir en
un reducido número de personas cuya carga viral no había sido suprimida.
Los aumentos de CD4 fueron ligeramente mejores entre los
pacientes en el brazo de raltegravir.
En general, las tasas de efectos secundarios fueron
similares. No obstante, las personas que tomaron atazanavir/raltegravir fueron
mucho más propensas a experimentar un aumento en los niveles de bilirrubina y, en consecuencia, a interrumpir el
tratamiento.
En el estudio A4001078, participaron
121 pacientes que fueron distribuidos de forma aleatoria para tomar atazanavir
potenciado más maraviroc o atazanavir/ritonavir más Truvada.
Tras 24 semanas, el 80% de las personas que tomaban
atazanavir/maraviroc tenían una carga viral indetectable, en comparación con el
89% en el otro brazo.